Enseñando valores a través de la lectura: La inspiradora historia de Santa Rosa de Lima 🌹
En Mis Cuentitos creemos que la lectura es una puerta mágica para que los niños descubran no solo mundos nuevos, sino también valores que les acompañarán toda la vida. Las historias no son solo entretenimiento: son semillas que, al caer en un corazón infantil, pueden florecer en virtudes como la bondad, la generosidad y el amor a los demás.
Un ejemplo perfecto es la historia de Santa Rosa de Lima, la primera santa de América y patrona del Perú. Desde pequeña, Rosa destacó por su amor a Dios y su profundo deseo de ayudar a quienes más lo necesitaban. En lugar de buscar lujos o comodidades, eligió dedicar su vida a servir con humildad, cuidar a los enfermos y consolar a los más pobres.
Al compartir con los niños este relato, no solo les contamos un hecho histórico, sino que les mostramos la importancia de la empatía, la solidaridad y la fe. A través de sus acciones, Rosa nos enseña que los pequeños gestos de amor pueden tener un gran impacto en el mundo.
En Mis Cuentitos sabemos que las historias ilustradas facilitan que los niños se conecten emocionalmente con los personajes. Esto les permite comprender mejor los valores y, sobre todo, llevarlos a la práctica en su vida diaria.
Porque leer juntos no es solo pasar páginas: es construir recuerdos, fortalecer lazos y sembrar en los más pequeños la inspiración para ser mejores personas.
Santa Rosa de Lima
Hace muchos años, en la ciudad de Lima, Perú, nació una niña llamada Isabel Flores de Oliva.
Desde pequeña la llamaban “Rosa”, por su belleza y dulzura. Más adelante, ella misma eligió llamarse Rosa de Santa María.
Rosa amaba profundamente a Dios. En lugar de jugar como los demás niños, pasaba su tiempo rezando, leyendo la Biblia y ayudando a los necesitados.
Al crecer, decidió no casarse y dedicar toda su vida a Dios. Por eso vivía en una pequeña habitación en el jardín de su casa, donde pasaba horas en oración y silencio.
Además de rezar, hacía sacrificios con alegría. También cosía y vendía flores para ayudar a su familia y a los más pobres.
Muchos acudían a ella en busca de consuelo. Ayudaba con cariño a los enfermos, a los niños pobres y a los ancianos. Siempre tenía una sonrisa para todos.
Aunque sufría mucho, nunca se quejaba. Decía que su dolor la unía más a Dios.
Después de su muerte, muchas personas comenzaron a pedirle ayuda. Y contaban que habían recibido milagros por su intercesión.
Por eso, la Iglesia la declaró santa. Fue la primera santa de América.
Hoy es la patrona del Perú, de América y de la Policía Nacional. Cada 30 de agosto, miles de personas la recuerdan con amor y devoción.
Fin.
Solicita el PDF del cuento aquí
0 Comentarios
Tu opinión es mágica 🎩✨ ¡Déjanos un comentario y hagamos crecer juntos este mundo de cuentos!